Matilda - "Imaginario Popular"

Víctimas del Baile



En “Imaginario Popular”, último álbum de los tecno-pop Matilda, el dúo rosarino integrado por Ignacio Caminos y Juan Manuel Godoy reconfirma su lucidez pop y el beat sensual, una combinación para bailar con los ojos cerrados, escuchando las letras, dejándose golpear por el ritmo y las melodías de cuerdas sintetizadas que el grupo recupera del synth-pop de los 80. 

En “Danza sin final”, la canción que abre el disco, un riff electrónico invita a la pista. “Una estrella brilla a lo lejos/ una distancia sideral/ algo de ella vive en mi cuerpo/ somos vestigios del Big Bang”, describe Godoy una relación sentimental inacabada, acompañado de una certera voz femenina que realza el tema.

La cuidada producción, detallista, elegante, con sonidos que entran y salen, acordes con ecos, cajas de ritmos, es una marca registrada del grupo, que recuerda al Virus de “Superficies de Placer”.  
Sigue el pop contagioso y algo sixtie de “Es la manera”, con un estribillo para mover el cuerpo y un verso cortante, que retoma el imaginario libertario del electropop de los 80: “Cada persona una expresión”.


Las voces sintetizadas y la melodía de “Musical liberación” aportan un aire experimental al trabajo, con un estribillo dionisíaco, cargado de erotismo, pinceladas de ritmos tropicales, un acierto que seguramente crecerá en los conciertos en vivo; un punto alto del grupo. “Y de esta noche sin pasado ni futuro/ somos los dueños, ya no hay apuro/ aunque mañana todo acabe de repente/ quiero incendiarme con esta canción”. 

La funky-disco “Anti-romántico” levanta el piso, con arreglos inteligentes de sintes, guitarras mínimas pero efectivas, y una lírica filosa. A esta altura está claro, el encanto de Matilda radica en la posibilidad del baile y el goce de letras profundas y personales. “No es verdad, se puede respirar/ aunque no te vea nunca más/ dolerá, pero se pasará/ lo que amé, lo volveré a gestar”, asesta la voz de Godoy. 

Promediando el álbum, llega “FM”, un homenaje a Federico Moura, con una melodía dulce y sentida (con tintes folklóricos) y orquestaciones que también retoman el “banco de sonidos” de Virus. 

Cierra “Iluminados”, con una melodía imbatible y soft –Godoy demuestra que es un gran cantante-, un cierre increíble, en plan Anything Box, Information Society, y el tecno-pop que acaeció entre fines de los 80 y comienzos de los 90, pero sin señas de género.  

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